Es el final, amigos. Hasta acá llega nuestra introducción. Acá es cuando bajamos tanto en busca de las antiparras con la dirección australiana que todo está oscuro. Estos discos no son los más inabordables, pero sí demandan un esfuerzo mayor que los demás. Por un punto medio entre lo que le demandan al que escucha -una especie de actitud mental, como la que el terror o la comedia te piden que te pongas a modo de chip antes de entrar porque sino no lo vas a disfrutar-, como lo que emplean -todas las bandas de acá usan instrumentos o técnicas que no vas a ver en tu banda promedio-. Pues esta es la maldición del rock progresivo: querer solo lo que es, y si no gusta, otra cosa mariposa. Una forma de abordar la música, de abordar el mundo en general, solo puede derivar en la oscuridad y en el olvido, también el fracaso económico o la decadencia. Algunos incluso quisieron tirar al pop o al rock normal con tal de elevarse de la caída evidente, con variado éxito. Pero terminemos con el divague.
Frank Zappa - Apostrophe (')
Frank Zappa se adelantó al meme estúpido unos treinta años. El, Monthy Python, y no se quien más. Como dije en un momento en Twitter, mi italo yanqui favorito tenía dos formas de hacer música: instrumental trascendental -algo más prog- y shitpost. El pínaculo de lo primero diría que es el jazzero The Grand Wazoo, para un punto medio tenemos One Size Fits All, y para el pináculo de la comedia musical, Apostrophe ('). Apostrophe (') es la historia de como un esquimal llamado Nanook y su enfrentamiento con un cazador de focas le lleva a ver al santo que maneja un local de panqueques en Canadá y que un gurú gitano tenga una crisis existencial. Tiene una canción sobre el horror de tener piel de atleta, una sobre ese tío que uno tiene que parece más grande que Boquita y una bestialidad instrumental que se llama como el álbum. Zappa y los miembros de Mothers no te dan un respiro: o te reís de las situaciones absurdas que deberían ser animadas en plan Bob Esponja o te maravillas con el nivel de despliegue musical que te lanzan como si no fuera nada. Por los coros que se arman, la narración fría de Zappa o los solos legendarios de vibráfono -sí, los hijos de puta llevaban xilofones a recitales de rock, donde está tu dios- de Ruth Underwood. Si no te gusta este disco, si no te causa gracia, si no te parece que estos chabones cruzaron un límite que no se debía cruzar hace mucho pero aún siguen porque están mal de la cabeza, ¿Qué te pasó? ¿No te abrazaron tus viejos?
Gentle Giant - Octopus
Genesis es un buen ejemplo de una banda que al ver que el progresivo tenía los días contado en el mainstream pudo saltar facilmente al pop. Gentle Giant es el caso contrario. Cuando llegaron a una tetralogía de discos progresivos de alto octanaje acorde a sus fans (In a Glass House, Octopus, The Power and The Glory y Free Hand) quisieron ganar más dinero -comprensible, le ponían mucho y ganaban poco- y todo fue en caída. La comparación con la banda de Banks y Collins (creo que son los miembros que más tiempo estuvieron en Génesis) sirve también porque la banda de los hermanos luthiers judíos escoceses Shulman operaba también en el formato disco-antología. Cada tema una historia. Cada historia una radicalmente distinta a la otra. Octopus es el summun de esto. Terminar una canción significa entrar a otra galaxia: pasamos de la clásica referencia a la obra de Francois Rabelais a una canción medievalista a una canción de cuasi protesta a un puto madrigal -otra cosa clásica de la banda- a un tema instrumentral progresivo y salvaje a un shitpost sobre como los perros en realidad se aprovechan de nosotros a una canción de amor que me hizo llorar un par de veces y a un final digno del disco. Seré lo menos imparcial que puedo: Octopus no es mi disco favorito, me encanta igual no se crean, pero si es el disco más conocido e introductorio a la obra de los hermanos Shulman y por esto creo que merece ser puesto como referencia.
King Crimson - Lizard
The Moody Blues - Days of Future Passed
Tengo entendido que el tópico de Ulises, de James Joyce, es que la vida cotidiana puede ser tan o más emocionante que la vida cotidiana. No tengo pruebas, pero es reconocida como magnum opus por algo. Days of Future Passed es lo mismo, pero musicalmente. Cuenta la vida de un civil empleado común y corriente, desde su sueño profundo, hasta la mañana, el laburo, la tarde y la vuelta a la cama, mientras se narra orquestralmente con la música todo. La calma digestiva provoca siestas del regreso del trabajo, la mañana productiva y soleada, el sueño profundo y meditativo que solo puede narrarse con voz dopada, y el poder profundo que tiene el amor que raja transversalmente la vida de este humilde trabajador británico. Days of the Future Passed te levanta, te engrandece, te convence de que lo que escuchas es superior al Señor de los Anillos, a la Ilíada, a todo, es un disco que se proyecta como un sol dorado que ilumina el universo y la noche oscura eterna que nos apaga por completo. Transforma a la cotidianeidad en epopeya. Y es señalado como el parto del rock progresivo, aún con más mérito que el disco Sgt. Pepper Lonely Hearts Club, porque cuando yo escucho ese disco escucho Beatles como si se tratara de Revolver, pero escucho este misil balístico en forma de avión de papel de The Moody Blues y la puta que no tenes que decirme que es progresivo porque me doy cuenta solo.
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