martes, 19 de octubre de 2021

Mi problema con escribir literatura

 ¿Es el ensayo-artículo literatura? So. No, no lo es. Bah, sí.  Bueno, no. Digo, este empieza así y esto no es un lenguaje "profesional" propio de la literatura académica, sea papers o libros, así que ¡DING!, punto para el lado literario. Pero, cómo decirlo.

Canción de Hielo y Fuego son hasta ahora 5 libros que juntos deben ser ya unas 5000 páginas. Uno de los principales temas que trata es sobre el cómo gobernar en la edad media, hasta que punto conviene ser implacable y hasta que punto conviene ser honorable. "Hielo" y "Fuego" señala esa oposición de extremos: hacer lo correcto y hacer lo necesario, que pueden terminar en el exceso de hacer algo moral pero poco prudente y hacer algo cruel que parezca una solución rápida pero solo termina en desastre a gran escala. 

Bueno, El Príncipe de Maquiavelo también es un pseudo manual del gobierno medieval . . . Y dura unas doscientas páginas y moneda si la edición es muy buena. En una Conferencia a Freud le debe tomar exponer su concepto de trauma en, no sé, diez páginas. El Cazador entre el Centeno son unas 200 páginas.

Imaginense que alguien quiere hacer una historia que trate las tesis del Capital. De sus tres tomos. Sin dejarse una. Debería crear la narrativa y los personajes y el mundo y crear un paisaje en la cual las contradicciones del capital se van desarrollando mientras destruyen los sistemas previos y explicar porqué esos sistemas colapsaron con personajes que representen justamente las fallas de esos sistemas y además no puede ser solo de tipos contando la plata porque nadie quiere ver una historia en la que nadie tenga un fantasma de emocionalidad porque no somos androides. Como podrán ya hacerse la idea semejante obra sería muy larga. Tollkien quería expresar el sentimiento de las antiguas épicas de antaño y cuando quiso publicarlo le dijeron que era una mastodonte literario y que había que fraccionarlo.

Mi gran tesis respecto a lo que es un ensayo y lo que es una obra literaria -teatro, prosa, poesía, comics, film y videojuego- es que ambas tratan un tema.  Matrix y Apología sobre Raimundo Saibunde son dos obras que tratan el tema del escepticismo. De maneras muy radicales porque las Wachowski y Montaigne además tratan otros temas distintos y ni siquiera es este el tema central de ambos textos mas está ahí. El tema es que si quiero hablar en un ensayo sobre, no sé, el silencio de Dios puedo escribir sobre lo que pienso del tema directamente. Puedo exponer. Pero en la literatura exponer directamente dejó de estar bien visto hace al menos cien años, así que no, debo craftear toda una trama y todo unos personajes y dirigirlos a dar una explicación de porqué ese tema se expresa. Puedo describir la depresión en un ensayo en un párrafo directamente y luego extrapolar de ella que puede provocarla y cómo solucionarla pero si escribo una nouvelle tengo entre sesenta y cien páginas para crearme un sujeto del caos mental que exprese todo lo que diría en el ensayo y debo currarmelo bien. 

Pero mi principal problema es completamente personal y es que cada semana, es más, cada día quiero escribir algo distinto y tengo tanta disciplina para lo a largo plazo como el Imperio Español. Una semana es una de terror, luego es una de espías, otra de super héroes, luego un Juego de Tronos pero que ocurre en una versión medieval y fraccionada de la Argentina. Todas grandes ideas pero no tengo la espina para lidiar con ellas porque me hago la imagen fácilmente pero pasarla a texto me da fiaca. A menos que este en el contexto de una actividad obligatoria del tipo escolar -como la que acabo de tener hace cinco horas- no puedo, no me sale. Si alguna vez me metiera en la locura de escribir literatura debería pagarle al editor para que me venga a llenar la cara de dedos en caso de no enviar un capítulo cada puta semana.

Aunque seguramente, lo que falta es el factor Bukowski. No se escribe por tener tiempo se escribe por tener algo. Por ser profundamente autodestructivo, por tener miedo a la bomba atómica, porque un chico malo te rompió el corazón, porque tuviste que exiliarte de tu país, porque tuviste hijos, porque luchaste en las trincheras, porque tu hijo es autista y querías contarle historias, qué se yo. Algo debe querer salir para que sea pasado a escrito y en caso de la literatura eso simplemente no me pasa. 

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