domingo, 27 de diciembre de 2020

La filosofía de mi 2020

 Como quien no quiere la cosa, toca un artículo sobre filosofía, porque es mi carrera/profesión. Diré rápidamente que a principio de año leí gran parte de la Ciudad de Dios de San Agustín -el libro que impone la Iglesia Católica como máximo poder europeo en términos de legitimidad-, el Discurso del Método de Descartes e intenté leer y comprender Ser y Tiempo de Martín Heidegger (énfasis en intente).

Puedo expresarme mucho más si hablo, directamente, de las cosas que vi en cada materia de este año. Y eso es lo que voy a hacer.

Historia de la filosofía antigua

La cursada de antigua, en general, se me hizo larga, principalmente porque no soy un gran fan de la filosofía griega y porque la bibliografía no era muy interesante (o convincente en cuanto a su importancia) y el profesorado no estaba poniendo mucho esfuerzo salvo por la profesora de prácticos. Dividámoslo en tres párrafos: pre Platón, Platón, post Platón. Porque leí mucho Platón.

Vimos Tales, Anaximandro, Heráclito, Parménides, Gorgias, Protágoras, Sócrates y Antístenes. De Tales no sabemos realmente nada y que esté en este listado es más por anécdota que por mérito propio. Anaximandro hace un sistema de la realidad que es Avatar: La Leyenda de Aang, y no, no voy a explicar esto. Al filósofo de la permanencia y al del cambio los vimos en como concordaban en la triada realidad, pensamiento y lenguaje, pero si he de ser sincero, Heráclito es un místico y Parménides es tosco como una piedra. Gorgias es el pensador más importante para nuestros días de toda la filosofía antigua porque literalmente predijo el marketing. Le hace bullying a Parménides, defiende a Helena, en resumen, basado. De Protágoras sabemos lo que dijo Platón y Platón no lo tiene en gran estima así que me quedo en la interpretación más elaborada de su "el hombre es la medida de todas las cosas" y listo. Lamento arruinar el meme, pero Sócrates existió y su filosofía es solamente lo que aparece en Apología. Y Antístenes. . . bueno, el fundador de los cínicos no parece muy cínico que digamos. 

Lo que si vi durante toda la cursada fue Platón. En un momento en teóricos -descontando el caso de Protágoras y Sócrates que la filosofía que tenemos de ello son comentarios de Platón en diálogos-, en teórico prácticos vimos República -porque en la Tierra uno tiene que sufrir- y en prácticos Fedón (un buen diálogo, sorprendentemente). Platón cometió un crimen con un modo tan cuadrado y lento de filosofar, haciendo que me preocupe seriamente por la salud mental de los profesores que me daban estos diálogos y se reían de los chistes de Platón que tienen la gracia de un documental de fauna marina. La apoteosis de esto es el dolor de cabeza en formato libro que es la República, que dura demasiado para su propio bien y merece un soberano ajuste. En el otro lado de la grieta, el Gorgias no discute con el Gorgias sino con un invento que se hace Platón del sofista y los diálogos de la definición son lindas anécdotas pero no mucho más. Pero luego está Fedón, un diálogo muy bueno que trata la inmortalidad del alma, la muerte de Sócrates y es narrado por un Aquiles malherido de corazón. No se que más quieren. Obvio que del Platón tardío que tiene un efecto mayor en los siguientes casi dos mil años no vimos casi nada, ¿que esperaban? ¿Coherencia?

Post Platón, tenemos Aristóteles. Aristóteles se acerca más a mi idea de lo que debería ser un filósofo, alguien que desarrolla un sistema de pensamiento elaborado y sintético. Nos enfocamos, como era de esperarse, en su metafísica, pero eso no le quita prestigio alguno. Por último y muy por arriba, los latinos Sexto Empírico -un escéptico muy importante- y Plotino, un neoplatónico que tendría un impacto notable en la filosofía posterior con su sistema henológico.

Ética

Ética prácticos y ética teóricos son dos universos distintos, siendo prácticos (al menos el que yo seguí) más clásico -se atiene más a la definición clásica de ética- y teóricos algo más contemporáneo y enfocado en la subjetividad y la política. 

En teóricos, primero vimos a Kant y su Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres. Libro maravilloso que se sufre como si te arrancaras las uñas con los dientes. Luego, Nietzsche. Desprecio con mis tripas a Nietzsche, me parece una mala excusa de filósofo. Pero esa es una opinión muy irrisoria y que demanda un comentario más largo luego de una lectura general de su pensamiento. Después Adorno y un poco de Horkheimer. Escriben feo, no se les entiende mucho, son igual o más falopa que Nietzsche, pero logran al menos críticas algo convincentes de las cosas. Luego, Foucault. Foucault es la hostia. Lectura: fácil. Conceptos: simples y sólidos. Crítica: buena. Todo bien con ese dolape. Por último Butler. Si bien no me gusta como escribe, sus conceptos de performatividad y precaridad/precariedad son bastante respetables.

En prácticos fue primero la ética de la virtud de Aristóteles -medio fría, pero bastante simple y comprensible-. Luego, la metaética de Hume, ética emocional también llamada. La razón por la que (para mí) poseemos ética. Por último, Mill. Liberalismo de izquierda bien marcado, un principio de la utilidad bastante sólido. Una preocupación para con los demás notable. Íbamos a ver McYntire, pero quedó fuera, tristemente.  

Lógica

Aquí no hay mucho que decir. Hace poco murió el maestro de mi cátedra, Oller, con quien solo tuve un par de clases. Buen tipo. Tuve lógica proposicional en un momento, y luego de predicados. Nada muy difícil, nada muy profundo, nada muy elaborado, francamente fácil y entretenido incluso.

Historia de la filosofía medieval

Esta y la que sigue fueron las mejores materias de este año. Toda una sorpresa, porque debe ser de las filosofías más infravaloradas la medieval. La materia se dividió en dos fracciones temáticas: el platonismo católico y el aristotelismo islámico. A su vez, por comisión vi al peripatético más importante: Tomas de Aquino y su ontología aristotélica: De ente et essentia. Un texto que sufrí mucho, pero que estoy feliz de haber leído por el desafío que fue.

El primer recorrido fue uno signado por el impacto de las doctrinas de Platón y los distintos movimientos platónicos posteriores, sobre todo la henología neoplatónica de Plotino. El primero fue el judío alejandrino Filón, y su análisis del Génesis desde la República y el Timeo. Luego, el comentario crítico de la filosofía griega de Clemente de Alejandría. Seguimos con el orador romano y disertante del Concilio de Nicea, Cayo Mario Victorino, impactado por la filosofía de Plotino, argumentando en pos de la Trinidad como las tres hipóstasis y los cuatro predicados negativos y como se aplican a Dios. Luego, el Doctor de la Cristiandad: San Agustín, influido por Victorino, Plotino y Cicerón, su polémica con el mal, Dios como totalidad y las Ideas como categorías metafísicas pensadas por Dios. Luego, pseudo Dionisio Areopagita, su filosofía inspirada por Proclo, alumno griego del neoplatonismo, y su postulado de Dios como superior a la negación y afirmación, como hyper. Luego el irlandés del renacimiento carolingio: Juan Escoto Eriúgena, inspirado por Dionisio y las Nupcias de Marciano Capela, creación como proceso dividido en tres partes, Dios creando para conocerse, Dios como superioridad. El Liber da Causis, fraccionamiento de los Elementos Teológicos hecha por los musulmanes para completar la metafísica aristotélica: el Ser como lo primero, seguido del pensamiento y el alma, pero suficiente para crear. Y por último, el gran maestro místico, Meister Eckhart. Dios como ser, las demás entidades como no ser, Dios como unidad que supera toda contradicción negativa, la pobreza del espíritu para poder llegar a la divinidad (spoiler para los que me siguen en Twitter, nombraré esto un poco en mi análisis de Colina Silenciosa 2).

En el mundo islámico, el recorrido fue las tres grandes A:  Alfarabi, Avicena, Averroes. Alfarabi crea un sistema de la creación y el funcionamiento de la sabiduría que bebe tanto de Aristóteles como Plotino. Avicena, creador del tratado de medicina usado por Occidente y Oriente por unos 700 años, crítico y divulgador excelso de la metafísica aristotélica. Y por último Averroes, de quien recibimos casi todo el corpus aristotelicum, traducido y comentado. Pero de quien vimos su tratado de polémica con el kalam -teología islámica- y vínculo con la religión.

Pensamiento Argentino y Latinoamericano

Mi segunda materia favorita del año. En esta lo que se ve es la historia del ámbito intelectual nacional (y cada tanto internacional) y la respuesta que distintos autores en el tiempo dieron a la pregunta: ¿qué es la Argentina? ¿cuáles son sus problemas? O, yendo a lo internacional (aunque solo vimos un autor), Perú. Aquí haremos un ranking. De cuajo, porque acá me permitiré desperdiciar gente. No tiene mucho sentido enojarme con la política de Platón o la de Aristóteles porque: A, Atenas no es una ciudad estado independiente ya, B, no soy griego, y C, Grecia hoy día tiene más en común con su vecina norteña Macedonia del Norte que con la Grecia de antes de Cristo. Pero lo que dice Sarmiento sigue vivo, me guste o no.

En el fondo del ranking, Lugones. Falopero fascista, que prácticamente postulaba la apropiaciòn cultural del gaucho para controlar a las masas y que se volvió en la pluma de los sectores más derechistas argentinos solo para fracasar y luego suicidarse. El nivel de ridiculez de lo que dice en El payador es tan alto que llamar semejante libro "contribución intelectual" o "obra cumbre del canón intelectual argentino" es insultante, para el intelecto y el canon. Subiendo un poco, pero aun lo desprecio, Alberdi. No solo que está igual de cancelado que Sarmiento por sus posturas anti gauchas e indias y que cree ilusoriamente que abrir el mercado nos va arreglar todos los problemas (si en algún momento se preguntaron porque los libertarios lo reclaman, es por esto), sino porque entre el sanjuanino y el tucumano la gran diferencia es el tipo de liberalismo al que se atienen. Si bien Dominguito es un hipócrita en su sistema de creencias, al menos parece que tiene uno. Alberdi quiere traer los inmigrantes anglo-germanos, "gajos de la civilización" para que crezca acá la civilización, pero lo que en verdad quiere es que laburen. Solo quiere mano de obra porque se atiene a la "educación por las cosas" de Rousseau (una idea estúpida si las hay, aunque también es la versión comunicada por Alberdi). Puede que la idea de estado liberal de Sarmiento se contradijera con lo que hará luego Sarmiento, pero al menos parece atenerse al idealismo liberal y no querer hacer un país que en el fondo parece más un emprendimiento económico.

Subiendo un poco, Sarmiento. El Facundo es un texto hecho de odio. Irradia odio. Es pesado. Si no fuera por la buena prosa que tenía el futuro presidente del país, sería ilegible. Para mi Sarmiento es prácticamente culpable de lo que sin asco llamaría, si no un genocidio, un crimen de lesa humanidad contra él. Las semillas de esto están en el Facundo. Luego, el Dogma Socialista de Etcheverría. Del que tengo opinión neutra porque leí verdaderamente poco de él y nunca nos enfocamos mucho en el texto.  De ahí saltamos a Las Multitudes Argentinas del positivista Ramos Mejía. Juguemos al doctor Utonio: agarren positivismo metodológico Spenceriano, agréguenle las ideas casi contratistas de Maquiavelo, la psicología de las masas de Le Bon y un poco de conservadurismo argentino. Eso es el libro de Ramos Mejía. ¿Está cancelado? Pero más vale, es un tecnócrata racista. Pero su crítica al Facundo no es un viaje de falopa tan intenso como el de Lugones sino una crítica bastante sentada basada en el reconocimiento y el reconocimiento de la masa popular como fuerza que se autodirige salvo cuando el líder adecuado aparece.

Los tres libros siguientes son los que me gustaron realmente. El primero es La Argentina y el Imperialismo Británico. ¿Saben quien puso de moda el odio a la oligarquía liberal? Un par de hermanos fascistas terratenientes. La vida está llena de maravillosas contradicciones, esta es mi favorita. Como casi todos los libros del canon argentino, es una discusión con el Facundo. Este da vuelta casi binariamente la ecuación. Pasamos de civilización anglogermana liberal bueno a patria hispanoamericana católica bueno. Rosas ya no es un tirano o un imán de las masas sino alguien que defendió el ser nacional y Rivadavia y todos los amiguis exiliados de Sarmiento una manga de forros.  La gran diferencia es que la cantidad de fundamentos, de datos casi mínimos que dan los Irazusta son el summun del carpetazo. Quizá no salga convencido de que Rosas fue lo mejor que le pasó al país, pero sí que los unitarios y los del '37 eran una manga de garcas hijos de puta preocupados por sus negocios más que cualquier otra cosa. Luego está la Radiografía de la Pampa. Un análisis pesimista del país basado en Nietzsche, Bergson y Freud del país hecho por Martinez Estrada, en el que la Argentina es un país que vive en una neurosis provocada por una negación de la realidad y es el resultado de la violación de la india a manos del conquistador español. Es heavy metal, a veces la pifia con fuerza o manda análisis falopa (que parte de Nietzsche no entendieron mis niños). Pero es la crítica más irrisoria al relato Sanmiertino/oligárquico del país. 

El oro se lo llevan 7 ensayos sobre la realidad peruana de Mariátegui.  No soy peruano ni se la historia de la patria hermana, así que no me siento completamente habilitado para hablar mucho del libro. Lo más que puedo decir es que un gran texto, un análisis sociológico muy profundo. El mestizaje de indigenismo y marxismo clásico da por resultado un hito intelectual continental como del marxismo.  

Fundamentos de la Filosofía

Con Fundamentos me pasa algo distinto que con algunas series como TNG o Gurren Lagann. En vez de disfrutarla mientras la hacía y pensar cada vez con menos afecto sobre ella con el paso del tiempo, me pasó al revés. No me gustó mucho cursarla y ahora la recuerdo gratamente. La primer unidad fue el lenguaje. No me convence Whorf mucho, pero si el análisis de su teoría y su vínculo con el lenguaje machista que nos dio la cátedra como agregado. Lakoff si me gustó bastante, hice mi trabajo sobre él. La siguiente unidad fue conocimiento. Se trató de una crítica feminista y de estudios de raza y poscoloniales a las teorías epistemológicas y la formación de conceptos en la sociedad occidental. Como eso me gusta, me gustó la materia. La tercer unidad fue sobre la filosofía de la mente. Primero vimos la máquina de Turing, luego como Searle prendía fuego la máquina de Turing con la habitación china, luego a Batman -es decir, Nagel y su pregunta por el ser murciéalgo- y por último el insufrible quinear qualias de Qennet, o Dennet. 

La cuarta unidad fue sobre la responsabilidad moral y el libre albedrío. Me gustó, pero muy bien no fue, lo que me sorprendió porque disfrute haciendo el ensayo correspondiente. Luego la de arte y artefactos técnicos. Que no me gustó mucho porque no me gusta estar medio día leyendo un texto de porqué el orinal dado vuelta de Duchamp o las cajas Brillo son lo mejor que le pasó al arte desde las Venus de Willendorf. Pero la parte de la ontología de los artefactos técnicos me gustó mucho. La sexta y última iba de la filosofía como cosa, era filosofía de la filosofía, metafilosofía. Y me permitió un análisis más libre.


El año que viene presenta un universo de posibilidades muy amplio. Traduciré textos para un profesor de filosofía medieval. Y las materias que cursaré son: Filosofía Moderna, Historia social de la Ciencia y la Técnica, Teoría y Análisis Literario, Filosofía Contemporánea, Filosofía del Derecho y Filosofía de las Ciencias.   

sábado, 5 de diciembre de 2020

Las Películas de mi 2020

Bien, que películas vi este año.



Me vi dos Sagas. La Trilogía del Dolar y la Trilogía del Anillo. La primera es un conjunto de películas que tienden a lo campy y a la sobre-dramatización, hechas con un almuerzo -salvo por el probablemente caro salario de Ennio Morricone- y carecen de toda profundidad. Pero, cada una es mejor que la otra, tratando temas de moralidad gris de manera más profunda. Por el otro lado, las adaptaciones a Tolkien. Las primeras dos me parecieron que estaban bastante bien. La tercera ya tiene una batalla final que demanda ya demasiado pensamiento mágico como para creerla. Pero cierra bien el arco de Frodo como persona que vio demasiado. Así que ta bien, podría ser peor, podría ser mejor. 



Vi películas más bien viejas. Me dormí una grandísima siesta con Halcón Maltés. Vi de vuelta 12 Hombres en Pugna. Sigue siendo una obra maestra. También Al profesor con cariño y Adivina quien viene a cenar, ambas con Sidney Poitier. La primera me decepcionó un poco. La segunda levantó bastante. La adaptación ruso-nipona de Kurosawa de Dersu Uzala, una tierna historia sobre que tan grandes e irreparables son las diferencias con los otros y el vínculo del ambiente en que vivimos sobre esto. De Polanski, sufrí Barrio Chino, una obra sobre sensaciones pesadas, sobre hiper densidad, sobre como el poder no paga lo que hace. De Kubrick, Espartaco, que está bien. Pero si tuviera que elegir la mejor de todas estas, sería Las Sandalias del Pescador. ¿Es apología cristiana? Sí. ¿Deja muy libre y absuelto de cosas al Papado? Sí. ¿Demanda pensamiento mágico? Sí, más vale. Pero es una película de su tiempo. En la que el conflicto que finalizará al mundo, el apocalipsis, no es una hipótesis del pastor sino una sombra real que flota sobre todos nosotros. Algo para lo que solo un milagro podría tener solución. Y quizá ese milagro es el de la fe.



También fue un año en el que consumí cine de terror. No con los resultados que esperaba. Por ejemplo, obras "maestras" y "clásicos" del género que son una soberana poronga: Halloween y La Masacre de Texas. También películas que pensaría que me gustarían pero que me terminaron sabiendo a poco: Anticristo, El Faro, Déjame Entrar. Hubo cosas buenas. 28 Días después es entretenida, Us está buena temáticamente hablando, The people under the stairs es la descripción gráfica de campy -también The Rocky Horror Show y House-. No se muy bien que fue Posesión pero estoy seguro de que me gustó. Las cuatro mejores que vi serían la deprimente Lake Mungo, un falso documental muy bien pensado. Luego, La Cosa me pareció una gran pieza de terror lovecraftiano. The Witch estuvo bastante bien, primero porque te permite simpear Anya Taylor Jay como si nada y porque es francamente la primera vez que algo relacionado con brujas me mete miedo. Pero esto es una lista de terror y la única que realmente me dio miedo, nivel, no puedo dormir, fue ni más ni menos, Candyman. Entre la forma en la que está filmada la película y el nivel de actuación de Tony Todd, la película me dejó aplastado, incapaz de dormitar.   



¿Hubo humor este año? Sí, pero ahí las aguas están más bien oscuras. Parasyte y Uncut Gems las adoré como películas. Creo que la película de Bong Jon-Hoo gana fácilmente el puesto de mejor película que vi en el año y la segunda es la mejor película de Adam Sandler después de Como si fuera la primera vez. Después, hay variación. Brasil me parece un bodrio que me pone a dormir. American Psycho falla como película de terror -salvo por sus temas, pues es neoliberal hell: el músical- pero es francamente irónica y tonta como para festejarla incluso en su tontera. House y The people under the stair -junto a The Rocky Horror Show- entran en esta categoría de comedia idiota. También los Coen tuvieron su breve (y olvidable) participación este año. Raizing Arizona es bipolar. Hay momentos que es muy graciosa. Y otros en que desearía no ver esta película y hacer algo mejor con mi vida. Y ganan los segundos, dejen que les diga. Aún que podría ser peor. Podría ser Rio Bravo. No vean Rio Bravo. Yo los quiero. Si ven Rio Bravo van a sufrir. Mi gran boda griega también es un conjunto de fotos reproducidas a gran velocidad con ruidos de fondo que recomiendo, sobre todo como película para no pensar en absolutamente nada. 



También vi anime. De Miyazaki vi por vez primera La princesa Mononoke. Es otra película anprim de Ghibli. Pero con ultra violencia. Vi de vuelta Ghost in the shell. No se porqué, me la sé de memoria. También Memories, Perfect Blue y Millenium Actress de Satoshi Kon. Todas comparten un tema común de la forma, la ilusión o ficción, proyectándose por sobre la realidad material, pero desde distintos ángulos. Memories corrompe la idea del holodeck, Perfect Blue es un comentario al neoliberalismo de la cultura pop, y Millenium Actress es una romántica y una carta de amor al cine. Repase y entendí finalmente El huevo del Ángel. Solo tengo dos cosas para decir: deprimente y old testament accurate angels. Hablando de metáforas, también vi la cortísima Chirin Bell, que es una metáfora del Japón Imperial. Y por último, vi (dos veces) la adaptación fílmica de la reversión en manga de Ozamu Tezuka de la película de Fritz Lang basada en un libro de ciencia ficción alemán. Sep, hablo de Metrópolis. Esa película es mía. Yo se las presto si quieren verla, pero esta hecha para mí. 



Por último, quiero comentar algunas películas que no pueden ir en ninguno de estos párrafos. Las Cosas del querer es un musical muy cachondo, divertido, y nostálgico de la REPÚBLICA ESPAÑOLA -CÓMO SE DEBE-. Y Babel es una película bastante sólida dentro de todo, que recomiendo encarecidamente. Y Troya -Brad Pitt, Peter O'Toole- me hizo llorar. Diría que eso resume bastante bien todo este año fílmicamente hablando. 

martes, 1 de diciembre de 2020

La Música de mi 2020

 Veinte Veinte -de ahora en más VV- fue un año. Definitivamente fue un año. Dios pero que año.

Tenía el plan de perder la virginidad. Ja. Una cuarentena justo. De unos ocho meses. Y sí, se que queda un mes, pero no creo en los milagros y ustedes tampoco. Pero estuve mucho tiempo en casita y en casita pude hacerme el tiempo de escuchar musiquita. Este texto sería como un post-mortem musical que escribo mientras escucho el mismo post-mortem que hizo Spotify de mis cien canciones del año que de momento está cuajando bastante bien. Así que sin más preambulo, la música.

La primera etapa la dediqué al Rock nacional. Me puse en un principio como meta escuchar cuatro bandas que me parecían pilares del rock argentino. Cada una a su propia manera claro está. Estas bandas son Patricio Rey y los Redonditos de Ricota, Virus, Soda Stereo y Vox Dei. Todas bien distintas. Patricio Rey es marginal, bruta incluso. Tiene una energía primigenia que se expresa más en los instrumentos que en esas esquivas letras del Indio. Diría que los primeros tres discos fueron una edad de oro que concluye en el pico de calidad que es Un Balón para el ojo idiota, sobre todo la canción Todo un palo, que es casi un himno cyberpunk sin darse cuenta. De ahí en adelante la banda simplemente deja de gustarme salvo por temas sueltos. Virus es una experiencia más curiosa. De esta parte es la que más personalidad tiene. Es una banda de rock que opera en las mismas líneas que Prince: sexy, no ortodoxa, divertida; y sorprendentemente deprimente cuando quiere. No es que tenga un discazo, sino que tiene temas sueltos que son geniales. Como canción favorita presento acá Super Color, otra canción que sorprendentemente se vincula con Todo un palo, pero desde otro ángulo. Y si no, nunca fallan con ¿Que hago en Manila? y Dame una señal, si quieren deprimirse, claro está. Soda Stereo muestra una recepción más curiosa por su parte. Si tuviera que comparar la banda de Cerati con otra sería con The Police. De la banda de Steward Copeland me escuche casi toda la discografía en un día -me faltó el último- y puedo decir que me pasaba que lo escuchaba, pero de fondo. Está la música, sí, pero la ignoro salvo por los hitazos conocidos. Salvo por una excepción: Ghost in the machine, un disco sobre la alienación moderna que te puede arrancar el corazón del pecho. Algo parecido me ocurrió con Soda Stereo: la mayoría de los discos los sentía de fondo. Y si bien de más chico -unos diez años- Cuando pase el temblor me parecía maravilloso, ahora no hay tanto impacto. Y luego, bum, Canción Animal. Como con Balón. . . no hay una canción que no me guste. Está la metafísica Cae el sol, la edgy Sueles dejarme solo y, sobre todo, la depresiva Te para tres. Y por último, Vox Dei. En un año en el que mi relación con la religión se encariñó un poco, la banda de La Biblia vino como anillo al dedo. No solo que en varios discos encontré temas de calidad notable -mención especial y encarecida a Doctor Jekyll-, sino que veo en su magnum opus un logro notable: una Biblia para el lego, una reconstrucción del texto pensada no solo desde la trascendencia sino del amor y el asombro. Luego de estos tres pilares, avancé sobre todo viejo amigo: Catupecu Machu. Esta es una banda mucho más reciente en el rock nacional y una que, como muchas, terminó con una tragedia imprevista. Es fuerza pura, energía juvenil. A veces es bruta, a veces es suave. Es un rejunte maravilloso de contradicciones constantes, con cada disco siendo cada vez más distinto que el anterior para regresar de vuelta al principio como si fuera una procesión plotiniana. Perdidas en el medio quedaron Crucis y Abuelos de la Nada. La primera por no tener mucho material y la segunda por ser un reencuentro no muy elegante que digamos. Tiene temas maravillosos Crucis, pero es poco nectar angelical. Y Abuelos, huh, mejor no hablar de ciertas cosas. 

Luego fui a por el Pop. Esta etapa fue mediada por la discografía de dos músicos parecidos, pero distintos. Dos caras de una misma moneda o, para ser más claros, la figura y su sombra. Hablo de Michael Jackson y Prince. A Michael lo escucho desde niño y decidí reescucharlo por completo -salvo por el punto de cansancio que fueron los últimos discos-. Tiene una etapa juvenil preciosa, pura, infantil e inocente. Un disco de transición -Forever, Michael- que con el cambio de registro vocal es la última instancia juvenil previa al adulto bailarín que todos conocemos. Muchas canciones en las que no pensaba mucho ahora adquirieron un valor más alto. La religiosa Will you be there, la sorprendentemente dramática Billy Jean y la ahora en contexto importante Leave me alone. Pero también emergen hacia la luz canciones juveniles -Ben, People make the world go around- o cooperaciones. La sombra de Michael, en cambio, es casi su antítesis. Prince es constante. O te deprime, o te calienta, o te hace un shitpost. Una de tres, durante treinta años. Un capo. Si hubo un chad en la tierra, ese fue Prince. También está cancelado, pero ignoremos eso, puesto que es imposible que supere a Michael Jackson. Prince estaba cachondo, hacía música para Dionisio a toda potencia. Y si no te lanza un balde de agua. Para el shitpost, Controversy y Ronnie talk to Russia. Para la erótica, Let's get married, New Position y Kiss -un clásico-. Para llorar, Paisley Park, Purple Rain Sometimes it snows in April. Y no se en que categorías meter Marrying Kind y Diamonds and pearls, pero sé que no voy a dormir si no las nombro. Por último, Bee Gees. La escuche a modo de agregado y mucho quedó fuera porque en su primera etapa eran demasiado de la escuela Beatle y no me convencía mucho. Por eso no avancé más que lo que creo que es menos de un tercio de su discografía. Lo que más me gustó de ellos es cuando ponen toda su fuerza coral en querer sorprenderte. Let there be love, Melody, Massachusets, I started a joke y Odessa sobre todo. Y también unos memes tremendos: Paper Mache, I'm going to join the air force, Cucumber Castle. No fue para tanto, pero fue divertido. 

Abandonemos los músicos, vayamos a géneros. El rock progresivo no se fue a ningún lado este año. Tuve un acercamiento al Rey. Al hombre meme. Al músico excelso del top 10 de italoestadounidenses. Hablo de Frank Zappa, el tipo que vivía en 4chan en los ochenta. Ante todo fue un acercamiento a canciones sueltas -Montana, Eat that question- pero el discazo de One Size Fits All ya estaría en mi colección progresiva. Y no está solo, porque dos acercamientos más se produjeron. Por un lado, In the land of the grey and pink de Caravan, una especie de Camel más jugueton y menos sereno que brilla en un disco que es el club de la buena onda reencarnado. Por el otro, Trilogy de Emerson, Lake and Palmer, una magnum opus que recién en el VV pude disfrutar profundamente. También cabe una mención especial al Divinities de Ian Anderson -flautista de Jethro Tull- un disco maravilloso de rock progresivo instrumental. 

¿Pero saben con que otro gusto adquirido tuve contacto este año? Claro, el jazz. Chuck Mangione y Herbie Hancock entraron en mi paladar musical con Feel so good y Head Hunters respectivamente y me ponen un nuevo campo musical al que apuntar el veinte veintiuno. 

Antiguos amigos de mi preadolescencia se presentaron de vuelta en mis oídos. Grupos herejes, perversos, que parecen de otra galaxia en comparación a las guitarras elaboradas de Zappa o las trompetas de Mangione. Hablo de los corruptos álbumes de Monkey Business de Black Eyed Peas, The Chronic de Dr. Dre y Cosa de hombres de Memphis la Blusera. Pop para divertirse, gangsta rap y blues argentino rancio. Lo peor del mundo. Lo mejor del mundo. 

Radiohead, Gentle Giant, Genesis y Brock Berrigan me acompañaron a lo largo del año. Lo que implica que constante fue la presencia de: un grupo de depresivos, un gigante, el primer libro de la Torah y un tipo con máscara de pollo. No podría estar más contento. También una dama se agregó a mi paladar: Solange y su preciosamente deprimente disco A seat at the table. Muy bello. Simple, pero elegante. 

Y por último, bandas sonoras tuvieron su lugar este año en mi pequeño corazón. Silent Hill 2, Koyanisqatsi, la saga Mother, la trilogía del Dólar. Música para tirar, para escuchar sin pensar, disfrutar encarecidamente.

Quien se lleva el oro este año es Prince. Como revelación. Como placer. Como descubrimiento. Y la plata, Catupecu Machu. Si, ya tenía un lugar en mi corazón. Pero lo reforzó. Se parapetó militarmente. No lo van a sacar nunca de ahí porque descubrí que su arsenal es amplio y más elaborado de lo que fue revelado al principio. El bronce se lo damos a Zappa y a Virus, que lo compartan grandes del shitpost como puedan.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

El mal - San Agustín y el Señor de los Anillos

Neoplatónicos I

El Mal

El mal en Tolkien existe. No como concepto. Sino como una fuerza real.

Agustín de Hipona se inspira en los neoplatónicos (sobre todo el cristiano Mario Victorino) para tratar de comprender la existencia divina. De ellos saca la noción de Uno y esta es la que emplea para entender como Dios crea la existencia. El Uno es un ente tan masivo, tan grande, es tanto que no es. Porque excede al ser. De ahí que se tenga que predicar negativamente. Por su exceso de ser, crea la realidad, ella se emana de él. San Agustín da un ejemplo muy poético para comprender la naturaleza infinita del Dios negativo con respecto a su creación, el universo: Dios es un oceano que permea todo, y la realidad es una esponja empapada de su ser.

Pero este Uno al que regresamos, porque el efecto causado debe por naturaleza volver al que genera, realizar la procesión, es Bueno. El es el Bien, actuamos acorde a el para regresar a su constitución, acorde a su ética.

El Anillo de Poder es una fuerza que corrompe. Es el instrumento creado para Sauron, el señor oscuro que asola la Tierra Media. Cuyo ejército saqueador de hombres crueles y débiles de espíritu, orcos y urukhais solo puede ser frenado por la coalición de todos los reinos de la Tierra Media: enanos, hombres, elfos. 

El Anillo está basado en el anillo de Gygas el pastor, quien con un anillo invisible conquistó un reino para sí. El Anillo no solo vuelve invisible, sino que lleva a cometer injusticia. Es el peso que destruye en cuerpo y espíritu a Smeagol, la voz oscura que susurra a los oídos de los puros hobbits hasta partirlos como cristal. Lo que hace que los grandes magos decidan usar su poder contra los inocentes. Es una fuerza mayor, que dirige. 

El porqué central de que el Uno sea el Bien es para probar como Dios nos hizo libres. Dios no contiene en sí el mal porque el mal no es: es negación, negación del bien. No crea ni tiene peso constitutivo, como si lo hace lo creado de forma positiva. Actuar de forma injusta es solo errar en el acto, no seguir el camino de la procesión, operar desde lo que no tiene valor constitutivo. Así puede haber libertad, demuestra San Agustín: pues podemos elegir si seguir el camino recto señalado por Dios-Uno, o errar. Pero este yerro no se valora en nada.

Tolkien postula algo contrario, seguramente sin darse cuenta o sin saber el problema central de los Maniqueos. Gandalf está equivocado: Saruman posee la razón, sigue el camino. La protección de lo natural no es el camino, sino su destrucción. Ante la libertad, lo valuado es la esclavitud. Desde la perspectiva Agustiniana, dar vuelta la ecuación y presentar una fuerza que por gravitancia lleva a actuar amoralmente y no prestar la bondad más que como el resultado de la voluntad de un puñado de grandes hombres.

Porque el mal hace mucho más sentido como una fuerza que lleva a los actos a realizarse y no el bien. Lógicamente, el bien es lo correcto. No hay ningún motivo para que nos hagamos daño. Que tengamos motivos para actuar manera injusta. Pero sin embargo, ahí está el mal. Siendo. Quemando a los ents. Arrasando los reinos enanos. Saqueando campiñas humanas. Y sobre todo, yace en nuestro mundo.

San Agustín tenía culpa. Temía que por sus actos, luego de convertirse, Dios lo castigara de igual forma. Tolkien no. El vio el colapso del mito del progreso europeo ante sus ojos, en las trincheras. En su pesimismo no muy atribuido, pudo conjeturar una fuerza como el Uno que nos lleva a actuar.

Pero no vio un Dios noble y eterno, explendor lumínico incompresible.

Vio un ojo de fuego.

domingo, 8 de noviembre de 2020

Primera semana de noviembre

El arco Chunin de Naruto es energía pura. Y la serie logra algo muy curioso como shonen: los malos se sienten malos. Tipo, las peleas con Sabuza u Orochimaru se sienten realmente como que quieren matar a los protagonistas. Al menos de momento. 

Espacio Profundo Nueve llego a una etapa que es bipolar: un capítulo comédico y feliz, y otro que te arranca el corazón del pecho. Me encanta.

Es muy interesante y demoledora la deconstrucción que realiza Martínez Estrada del Facundo. Pero, de vuelta, estamos leyendo el mismo libro desde otro ángulo: Facundo es Facundo, Multitudes Argentinas es Facundo pero positivista, El Payador es Facundo nietzscheano pero sin terminar de entender a Nietzsche y Radiografía de la Pampa es Facundo pero nietzscheano-freudiano y pesimista. Lo bueno es que aparentemente la recursividad del gaucho del Facundo termina luego del peronismo.

Averroes presenta una misma tesis de religión y filosofía buscando lo mismo pero por otro ángulo que presentaba ya Alfarabi. Más que eso, nada me llamó mucho más la atención.

Me vi la última del Señor de los Anillos, el Retorno del Rey. Si bien sentí que la trama del asalto final sobre Minas Tirith y todas las batallas campales me hacían en pensar en "vaya que conveniente" (que de alguna forma no sean masacrados todos en el primer asalto de asedio del objetivamente superior técnicamente ejército orco, que la caballería de Rohan sea imbatible ante el ejército orco y el ejército árabe -perdón, el ejército signado como asiático-, que Aragorn reclute al ejército fantasma y que las águilas gigantes decidieran aparecerse para pelear contra los nazgul), vale por sí sola en base al Cristo que tienen que sufrir Frodo y Sam. Sobre todo en el aspecto de las experiencias traumáticas. Me recuerda a cuando en Tokyo Ghoul Kaneki se vuelve incapaz de disfrutar la lectura luego de volverse Ciempiés o cuando en El hombre en el castillo alto el nazi no responde porque ya no es capaz de navegar. La experiencia traumática es tan fuerte que lo deja a uno roto.

Pero en base sólo a las películas (quién sabe, quizá en los libros es Cicerón el tipo y yo no idea porque vi los resúmenes de Jackson), puedo ver un poco porqué crítica Martín a Tolkien. Porque sí, Aragorn es un gran guerrero, un hombre noble y tiene la sangre de los reyes que pusieron a toda la Tierra Media en este problema para empezar (okey, quizá convenga dejar eso afuera), pero, ¿realmente eso lo califica para gobernar? O sea, discúlpenme la crueldad, pero como dijo Monty Python: "Una espada no es la base de un sistema político".

lunes, 2 de noviembre de 2020

Quinta semana de octubre

Es difícil hablar de la filosofía medieval porque a la gente le salte el agnóstico/ateo moderno en tres segundos. 

Termine la segunda del Señor de los Anillos, Las Dos Torres. Estuvo bastante sólida, mejor que la primera. La batalla a muerte en Helms Deep. Ver la locura de Saruman y Frodo desarrollarse lentamente. Lo desoladora que es la reacción de los Ents al ver el bosque quemado. 

Me vi Anticristo, de Lars Von Trier. Meh. Es muy densa. Y oscura. Pero lo es de una forma tan excesiva que no se entiende que quiere decir Von Trier. Si es que quiere decir algo. Y si bien logra provocar el "szszszs", el uh, que feo lo que va a pasar a ahora, nunca logra cobrarlo bien. 

Está bien Lake Mungo. Pero es francamente decepcionante que de la selección de películas de terror que hice la única aterradora (y probablemente la pieza más aterradora que vi en mucho tiempo) terminara siendo Candyman. Debo ver el Clive Barker Cinematic Universe completo.

Lugones fue un caso real de: corta un liberal y un fascista sangra.  

Leí un comic mediocre: The Wrenchies. Empezó bien y decayó.

Las segundas mitades de un cuatrimestre me ponen en modo vago. 

La última temporada en estrenarse de The Walking Dead. Malabarea mucho con las ideas y venidas de los actores, pero no es su culpa. 

Me publicaron un artículo. Soy feliz. 

¿Juan Escoto Erúgena? Ah, vos decís medieval Hegel. 

lunes, 26 de octubre de 2020

Cuarta semana de octubre 2020

Empezamos con una buena noticia: Luis Arce ganando en Bolivia. Pero el MAS ya no tiene la sobrecogedora mayoría que tenía previamente y Luis Arce bien puede ser otro Lenin Moreno, así que cuidadito. El martes me encuentro con una mala. Massa está convocando al frente Renovador para una reunión. ¿Se viene una escisión? ¿De vuelta?

Leí en foros que piensan extranjeros (sobre todo estadounidenses) de mi país paisano. Nunca. De. Vuelta. Por un lado pareciera que somos bastante promiscuos. No les parece muy simpático lo de los besos y el mate por otro lado. Proyectan mucho (no Estados Unidos/UE, no tenes corrupción, eso solo existe entre pieles bronceadas; vos tenes cabildeo, lobby; también me refiero a la pobreza). Y no les gusta que los llamemos a los estadounidenses, adivinen, estadounidenses. Llora, cry bitch, así se entiende. Y el argumento de "¿y cómo llamas a los "Estados Unidos de México"?" es pésimo.

Lugones es pésimo. Y todo el tiempo de esta semana se sintió como apretada como con un cinturón. Pero al menos pude terminarlo, y todo indica que de Mariátegui (al que tengo ganas de leer bastante) no tengo mucha bibliografía. 

Me vi Déjame entrar, la película noruega. Está, bien. Es una película buena. No aterradora, pero hace lo que busca bien. 

Pude leer casi de manera completa un volumen de Love & Rockets. Mucho texto. Pero las aventuras de estás inmigrantes latinas son divertidas, así que está bien. 

Me puse a escribir algo para una revista de videojuegos. Quizá me paguen incluso. Es muy bueno.

Empecé a leer cosas de filosofía del arte. No me estaría impactando. Pero el profesor es bueno, así que todo bien.

Me acuerdo cuando simplemente me ponía a leer comics de Vertigo. Empezaba de Y The Last Man hasta terminarlo. DMZ. Sandman. Buenos tiempos.  

La película La gente bajo las escaleras es una película rarísima que no termino de entender. Es una experiencia divertida, extraña, comprometida con el racismo de forma seria pero también con la comedia histriónica. Es algo recomendable, pero si buscan tomarlo serio claro está. 

El fin de la quinta temporada de DS9 y el principio de la sexta: ole tus cojones. Es tenso, siento que me va a hacer llorar. Entre que la estación fue tomada por el Dominio y Cardassia y la guerra está aplastando la Federación me siento mal. La escena de la vedek realizando lo que es básicamente un sacrificio a lo monje bonzo. Es todo muy intenso y pesado.

Me puse a ver de vuelta Naruto. A modo de ver algo cuando no tengo  nada más importante que hacer. . . es decir, cuando debería estar haciendo algo importante y no lo hago. Tiene, como el 80% de los shonens, el problema de que los secundarios son personajes más interesantes que los protagónicos.  

El domingo me dejó cansadísimo físicamente. 

domingo, 18 de octubre de 2020

Tercera semana de octubre 2020

Vi la producción franco-alemana protagonizada por Sam Neill e Isabel Adjani, Posesión. Y como describirla. . . Miedo no genera, más bien inquietud. Es muy violenta (en un sentido que espero de una película de acción consciente). Es confusa, no se deja comprender fácilmente, operando en lenguaje oscuro y tosco. Adjani me logra convencer de que está loca, empleando su lenguaje corporal como el médico usa un bisturí. De las mejores actuaciones femeninas en terror fácil, superando a la de Toni Colette en Hereditary por poco. Además de una metáfora política de la Alemania partida al medio, es una metáfora del sexo. Pero sobre todo, del deseo de poseer a alguien a modo total (algo en lo que política y sexo entran de cabeza). Sino fuera tan tosca narrativamente, sería mejor sin dudas. 

Estudié el pensamiento de Juan Escoto Eriúgena. Es alucinante. Realiza una síntesis espléndida de la doctrina cristiana y opera en las vías positivas y negativas como si nada. Postula que el universo como lo conocemos es la manifestación de Dios inefable, que Dios es la nada y que desde Dios el mundo se crea. Pero, no era lo que debía leer, me confundí de autor. Era pseudo Dioniso Areopagita.

El miércoles viré entre materias: Fundamentos de la Filosofía a la mañana, reboto a Pensamiento argentino y latinoamericano toda la tarde y ya en la noche estudio Medieval para regresar de vuelta a Fundamentos. Pero lo que más avancé fue musicalmente, me acompañó música instrumental de fondo de gran calidad: finalmente le agarré el gusto a The Grand Wazoo de Frank Zappa (al igual que el martes le agarré el sabor One Size Fits All), y también escuché por primera vez (y disfruté bastante) King Kong (de Jean Luc Ponty, una adaptación a su vez de música de Zappa), Romantic Warrior (de Return to forever) y Divinities: Twelve Dances with God (de Ian Anderson). Todos espectaculares. 

Jueves. Entendí a Aquino, luego de tres semanas. Estoy feliz. Concluimos el Arco Xindi de Star Trek: Enterprise. Salvo por el hecho de que Maywether y Sato podrían haber sido reemplazados por figuras de cartón, la temporada estuvo bastante bien. A la noche me puse a ver La Hora del Lobo de Bergman, pero no la complete. No me interesó. Muy lenta.

Viernes. Lo que vi de Avicena no me sorprendió mucho si soy sincero. Habrá que ver como continúa igual. Ya me tendré que poner las manos a la obra con el trabajo práctico de Fundamentos. 

Tomé la racional decisión de leer en orden temporal los libros que poseo de filosofía. Si leo los huesos sueltos, nunca podré inferir el orden del esqueleto. Así que reorganizaré la biblioteca. . . de vuelta.

Lugones es pésimo. Todos los vitalistas son pésimos. Empecé a leer pseudo Dioniso el Areopagita. La realidad es manifestación de la nada que es Dios sería una consigna que resumiría bastante bien su pensamiento. 

Me vi de vuelta 12 Hombres en Pugna. Sigue siendo una gran película. Me vi las tres primeras de Rápido y Furioso. La primera es una buena película de autos. La segunda ya es una comedia pero sigue habiendo autos. La tercera es una de Marvel, pero cambiando super héroes por autos. Saquen sus conclusiones respecto a esta última oración. Mis amigos hablando de Naruto me dan ganas de ver Naruto de vuelta. Muy mal. 

Y me vi de vuelta el Huevo del Angel. Entendí un poco más. 

domingo, 11 de octubre de 2020

Segunda semana de octubre - 2020

El martes vi Hausu. Fue una experiencia extraña. No sé muy bien porqué no termino de inteligirla. Por un lado se nota que es un temor nacional el que opera en ella (se que los objetos toman un rol importante en el temor nipón). Quizá la masiva distancia de cosmovisión que hay entre mi persona y un japonés es la que hace que no pueda comprenderla o, más bien, apreciarla tanto como quisiera. 

El miércoles a la mañana tuve ganas de leer Cicerón, Schmitt y filosofía política en general. Digo, me gusta la metafísica como a cualquier otro, los pensamientos ontológicos y gnoseológicos de Al-Farabi y San Agustín me gustan mucho. Son terriblemente enrevesados y complejos. Pero me gustaría leer algo más práctico si se quiere. Lo más cercano que llego a eso son las hermenéuticas de la realidad argentina que veo en Pensamiento. Y el problema con ellas es que si bien pueden ser entretenidas de leer (véase Sarmiento o Ramos Mejía), lo cierto es que son análisis falopa nivel Milei/Leuco en términos ideológicos que usan herramientas ilustradas, románticas o positivistas para justificar sus planes para la república plateada. No es teoría, sino teoría empleada por así decirse.

Me encuentro re-escuchando constantemente Darkness/Oscuridad y Invisible Sun/Sol Invisible de The Police. Son temas que sintetizan muy bien esa sensación opresiva que a veces uno carga dentro de suyo. Literal, la escucho a modo de descargar malos pensamientos. La musicalización es tan buena en comunicarla que medio que aplasta al mensaje de la segunda y fortificando a la primera: Invisible Sun va de como hay una fuerza que nos da esperanza, pero la escucho y solo me puedo quedar con la derrota total. Por otro lado, Darkness es negra como el crudo. La empezás a escuchar y cerró la puerta: no te queda otra más que confrontar la perdición. Su letra incluso niega la tesis más optimista de Invisible Sun: "La oscuridad me hace torpe/ buscando la llave de una puerta que está abierta". La oscuridad es peligrosa en términos cognitivos, supera las capacidades individuales. 

En medio de semejante onda depresiva, Neil Ciciriega sacó Mouth Dreams, así que bueno: memes chicos, memes. Mejores temas: Yahoo!, Spongerock, Fredhammer, Ribs, Aaammooorreee, Brithoven, Pee Wee Inc.

Cada vez me convenzo más de que Monster es el mejor manga/anime en haberse hecho. Y creo que pega tranquilamente en el top 10 de cualquier cosa.   

Gaste mi preciado tiempo viendo The Texas Chainsaw Massacre. No tiene nada redimible esa película. Es aburrida, falta de contenido alguno, muy clasista y posee un desprecio hacia los enfermos mentales muy grande. Repito mi consejo trascendental: que algo sea un clásico no significa que sea bueno. 

Creo que me puedo reír de cualquier cosa bien ejecutada. Sea un shitpost estúpido sobre monos o un chiste boomer de humor blanco de Quino.

Parece que el gobierno es el que le planteó al FMI la reforma laboral y la baja de impuestos. Alberto, ¿Me estás jodiendo? Cristina, ¿No vas a decir o hacer nada? El matrimonio entre el kirchnerismo y el peronismo tumoroso terminó siendo lo peor, no lo mejor, del año pasado. Me cago en mi esperanza.

Terminé Las Multitudes Argentinas de Ramos Mejía. Se nota que es un punto de transición en la política argentina. Es una detección de una fuerza en potencia: la multitud, la población, las clases populares. Es positivista, así que cae en el delirio de comparar todo con todo en términos científicos, y no es un kumpa, ¿entienden? No es que quiere a la plebe, pero es consciente de que es una entidad real a respetar, con una fuerza propia, que no se va a dejar liderar por cualquiera. 

Me vi la primera de la Saga del Señor de los Anillos. La Comunidad del Anillo es una película que logra ir del optimismo al tono trágico muy rápido y con éxito. Pero creo que la muerte de Boromir vino demasiado rápido. Y que si bien la bruja Elfa es importante, no da para tanto. También vi Boyz n tha Hood. Esta bastante bien. Tiene un realismo bastante sincero.

sábado, 6 de junio de 2020

Continuando - El Teniente Dan

Forrest Gump Lieutenant Dan Taylor GIF - ForrestGump LieutenantDanTaylor  Sad - Descubre & Comparte GIFs
El meme que vemos aquí, que es la esencia más literal de ser un bicho raro en medio de una partusa , muestra al teniente Dan, de Forest Gump. La razón por la que su cabeza apenas está arriba de la barra
es que está en silla de ruedas porque luchó en Vietnam y, en vez de morir al recibir un disparo en la columna, solo quedo incapaz de caminar porque fue salvado por el cabo Forest, el protagonista de la película. A medida que Forest lo cargaba en sus hombros, el teniente le rogaba que lo dejara para morir. Forest no lo hizo. Y Dan tuvo que vivir con eso.
Dan formaba parte de una familia que veía con gusto la acción bélica. Cada padre había repetido la misma acción: ir a la guerra y morir en esta. Hasta el punto de que eso terminó siendo la identidad de los hombres Band: luchar y morir con honor. Primero en la Emancipación, luego la Secesión, después la Gran Guerra Europea y por último, la Segunda Guerra Mundial. En un ciclo del estilo de Cien Años de Soledad, todos se reconocían con la misma imagen de sí mismos: nacimos para ir y luchar por la patria. Y morir. Dan Band seguramente no conoció a su padre, al igual que su padre antes y su abuelo antes que este. Lo único que sabía era que su padre era un gran hombre. ¿Y porqué? Porque murió en la guerra. Y si es una tradición familiar que vuelve a estos hombres grandes, le tocó el turno a Dan Band cuando inició la guerra de Vietnam.
Pero luego recibió un tiro en la columna vertebral. Y en vez de morir fue salvado por alguien a quien percibía como un imbécil. Así que le tocó vivir. Pero desde la deshonra. El no fue su padre, no fue su abuelo, no fue su bisabuelo. Y lo peor de todo: era un veterano de la guerra de Vietnam. No solo no era nada desde la visión propia de lo que el debía ser, sino que para la sociedad no era nada. Estados Unidos se hizo bastante el estúpido con los veteranos de Vietnam -estúpido nivel sociedad argentina con los veteranos de Malvinas al final de la guerra-. Para una historia más desmenuzada, mejor revisar la historia de Ron Kovic que cuenta Oliver Stone en Nacido el cuatro de Julio. Porque Forest Gump quiere hablar de la historia norteamericana del '50 en adelante de una manera idealista, lo que está bien, contiene una historia de Vietnam porque fue uno de los capítulos más importantes de ese período nomas. Si quieren ver más sobre Vietnam en filme la trilogía previamente nombrada de Stone funciona muy bien (Nacido. . . va del regreso de los veteranos, Pelotón de la perspectiva militar en el campo de batalla, y Entre el Cielo y la Tierra se pone en los ojos de los vietnamitas, salvo Pelotón, son adaptaciones de historias reales). Pero sigamos con Dan.
Si Dan representaba algo, era el idealismo militar norteamericano, que es en el fondo idealismo militar común y corriente. Prepararse para la guerra, ir a la batalla, servir a la patria y morir en la gloria. Pero hay un problema en eso último. Morir en la gloria. Porque, yo no quiero ser brusco, pero, si la muerte es solo lo que inferimos realmente de ella como tal, es decir, que uno deja de estar vivo y deja de ser, y listo, finito, entonces la gloria parece laureles que uno nunca parece realmente poder usar para coronarse. Discúlpenme el cinismo, pero hasta que encontremos la "segunda vida" -si es que existe-, los muertos solo viven en nuestro recuerdo y dos generaciones después es factible que desaparezcan. Esto no es moralmente malo, esto es lo que es. C'est la vie.
Pero con Dan el énfasis de su vida no está en los enunciados primeros, sino en el último: morir en la gloria. Y Forest lo despoja de eso. Dan debía ser como su patriarca, como el patriarca de su patriarca y como el anterior. Era lo que lo conectaba con sus padres y abuelos ausentes, con su país. Lo que le daba sentido a su vida, en la forma más directa del término: era la meta a la que el se dirigía. Y Forest simplemente le quitó eso. Dan era, literalmente, un ser para la muerte, su meta era morir. Por eso está tan enfadado por tanto tiempo con Forest y, en cierta medida Dios. Porque, si el teniente Dan Band no muere en la guerra, como lo hicieron cuatro Bands antes que el, ¿para que vive? Y eso lo pone en una encrucijada, que lo lleva a evaluar como vivió toda su vida. Al final de cuentas, es mucho más fácil vivir con un tutorial de lo que debes hacer que sin eso: esa es la esencia de un tutorial, te dice el cómo. Pero si el no murió, entonces simplemente pudo no haber luchado el en la guerra. Ni su padre. Ni su abuelo. Ni todos los demás patriotas que ven en la guerra una forma de servicio a su país cuando tranquilamente podrían haber hecho otra cosa -pues, Vietnam no era una invasión sobre terreno norteamericano al final de cuentas-. Tranquilamente el podría no haber ido a Vietnam, de la misma forma que su padre podría no haber luchado en Europa o Asia y así Dan podría haber tenido un padre.
Toda la vida de Dan se enfocó en una forma de vida que le pedía una cosa muy específica que hacer: morir en la guerra. Y si Dan representa al ejército norteamericano y el pensamiento militar idealista en general, estas dos cuestiones se basan, al final de cuentas, en una pulsión de muerte, en ganas de morir lo más patrióticamente posible. Pero no es esa la que le tocó a Dan. Es solo después de unirse al negocio de pesca de camarones con Forest que Dan puede ver que él es más que solo alguien que nació para morir. Que su vida no es el recorrido de una flecha previamente delineada sino una multiplicidad de variables casi infinitas en las que el pudo haber sido otra cosa y todas habrían estado igual de bien e igual de válidas. Y eso es lo que le permite continuar.
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