jueves, 31 de marzo de 2022

Leibniz negativo

1. Leibniz es un autor gracioso.
2. Marvel canonizó que Newton lo mato para tapar las acusaciones de fraude y la conspiración conocida como Brotherhood of Shield. También a Pascal y Locke. 
3. Reciclen esa información en su mente como quieran.
4. Ah, sí, el artículo sobre Leibniz, continuemos.
5. Leibniz es gracioso porque es contradictorio a la vez que no lo es. Su sistema carece de agujeros al mismo tiempo que admitir sus tesis en su completitud lleva a una contradicción entre ellas. 
6. O más bien, la consecuencia de sus tesis llevan a que uno niegue una tesis particular que el propone, siendo un caso más de una tradición de errores propios de la tradición teológica monoteísta. 
7. En efecto, la posibilidad de ser libre en un mundo predispuesto. 
8. Aclaro que yo solo leí Discursos de Metafísica y no su tratado más importante, la Monadología. Aunque tengo entendido que las posturas del pensamiento leibniziano de Discursos (su tratado más sintético y completo de su obra media) en adelante se mantienen mucho más constantes que en otros autores como Platón.
9. Leer sobre la teoría post-Discursos es muy comprensible para mí que solo leí Discursos, así que me permito el pecado de creer con leve vanidad que las tesis leibnizianas sobre Dios y la libertad se sostienen y a su vez derivan en la contradicción que voy a proponer ahora. 
10. Empecemos por "Leibniz por Leibniz" antes de tratar la "Conclusión que saca Rocco de Leibniz" un título mucho más feo de un spin-off que quizá esté equivocado. 
11. Leibniz parte definiendo a Dios a partir de los tres "omni": omnisciente, omnipotente y omnibenevolente. Saber y consciencia infinitas, poder infinito y amor infinito. Puede pensar lo que quiera, lo que piensa puede crearlo porque posee el poder de hacerlo crear y como tiene amor infinito por todo, siempre, lógicamente, decide lo más perfecto tomando en cuenta nuestros mejores intereses. 
11. "Suena bastante copado este Dios", dijo un griego al escuchar a Saulo/Pablo. 
12. Partiendo de una tradición de varios siglos previos a él, Leibniz admite varias tesis previas que luego logra componer en una.
13. Descartes proponía la total diferencia cuerpo-alma como sustancias diferentes que debían estar separadas, aunque por hueco las unía en el pésimo argumento de la "glándula pineal". Malebranche cortaba por lo sano lanzándose de la sartén al fuego: están separadas, uno en el plano corpóreo y el otro en el ideal, y Dios afecta a uno (el alma) al igual que afecta al otro (cuerpo) y hace que lo que uno sienta se corresponda con lo que el otro sienta.
14. Por ejemplo, mi cuerpo humano, para ser precisos, mi cabeza, se choca con el marco de la puerta. Pero Dios es quien moviliza el cuerpo en tal ocasión -porque en Malebranche como la creación y continuación solo es propia de Dios, solo el moviliza las cosas- y a su vez quien hace a mi alma sentir que acabo de estampar la frente. 
15. Esto hace de la creación divina una cosa bastante patética porque básicamente Dios lo que creó son un montón de marionetas en dos planos existenciales separados que el mismo debe movilizar constantemente -como un niño creando marionetas- y como no pueden subsistir sin Él porque el mantiene constantemente su existencia, más patética es su creación.
16. Pero mírate que ahí viene Leibniz, que no solo leyó a San Agustín sino también a Nicolás de Cusa y te tira un neoplatonismo más humanista en el que todo es creado a imagen de Dios, no solo el hombre. 
17. Todo es mónada o sustancia, una unidad perfecta hecha a la perfección decidida por Dios con una esencia completamente adecuada así misma por el Dios Elector perfecto. Siendo todo lo corpóreo representaciones de su cuerpo físico en distintos aspectos y todo lo espiritual representaciones de su alma, el universo en su conjunto su esencia y su espíritu realizados.
18. Y ojo, las mónadas no poseen ventanas, no se tocan, como con Malebranche Dios opera los cambios en el pensamiento de Gottfried. 
19. Pero esos cambios implican una reducción y expansión (placer y dolor) en esas mónadas y son la realización de sus esencias.
20. Así el ser humano posee cuerpo para conocer la esencia de las cosas corpóreas y es afectado sensiblemente en correspondencia de su cuerpo para comprender mejor el mundo corpóreo.
21. El humano posee ideas de todas las cosas en su mente de modo virtual, y el conocimiento que terminamos desbloqueando de ellas, los conceptos que ellas nos evocan activamente, requieren para funcionar el contacto constante con las cosas que representan esas ideas. 
22. Por esto tiene la sustancia humana una parte corpórea que afecta sensiblemente al alma; porque solo sensiblemente puede conocerse lo sensible. Así Dios crea en las sustancias conscientes una disposición de espejo gnoseológico que le permiten a ellos conocer a Dios y Dios a conocerse a sí mismo. 
23. Bien, hasta ahí todo este delirio metafísico. Hablemos de los individuos. No como sustancias que son el espejo de la sustancia divina e instancias de ella. No como Mónadas, sino como individuos.
24. Como Dios predispone todo, predispone también el cómo somos espiritualmente, nuestra disposición de reacción a las cosas.
25. El reparte la gracia que nos corresponde a todos -haciendo, por ejemplo, a Judas así de traidor para que mande a Cristo al muere y Cristo, en el muere, nos redime a todos con su sacrificio-.
26. Como Dios predispone las esencias humanas previamente, entra en juego la pregunta de "si Dios es bueno, ¿por qué existe el mal?". Esto se responde en: uno, el mal, como imperfección, para empezar no existe (Es como el frío, no existe); dos, nosotros somos limitados aunque seamos espejos de Dios así que no solo es posible y factible que no entendamos su plan sino que tampoco es necesario que debamos hacerlo; tercero y último, como en el pasado ejemplo de Judas y Cristo, Dios permite malos eventos para lograr grandes recompensas de ellas (Cristo sufre por toda la humanidad en la cruz y en su muerte la redime).
27. Al predisponer la esencia humana, entra en juego otra pregunta: la del libre albedrío (la que nos importa). Y acá es donde la cosa se pone compleja.
28. Acorde a Leibniz, Dios nos predispone acorde a su plan elegido libremente y en tanto nos predispone ya tiene una idea en virtualidad de lo que haremos posteriormente. Pero, el elige en libertad. 
29. El milagro divino entra aquí: para Leibniz no es milagro en el sentido que nosotros lo comprendemos porque si bien Dios rectifica a último momento espontánea y libremente, a su vez esto se corresponde con su plan divino a larga escala.
30. Esta "libertad espontánea", dice el alemán, es propia del humano en tanto ser inteligente y libre como Dios dada su alma. 
31. Es como una cualidad especial y casi única de él en cuanto ser inteligente. 
32. Como Dios elige espontáneamente lo que ocurre gracias a ser libre -sabiendo, de vuelta, a la perfección que se sucederá y que no de sus decretos libres-, también el humano. 
33. Ilustremos con un ejemplo: César y Catilina. César y Catilina tuvieron en común que los dos quisieron el poder total de la República Romana y en ese sentido los dos compartieron la reputación de enemigos mortales de Cicerón. 
34. La diferencia es que las naturalezas predispuestas por Dios a César y Catilina difieren en algunos aspectos. Catilina era mucho más atrevido y altanero, terco, sus conspiraciones fueron muy visibles a los ojos de los Optimates y sus movimientos muy bruscos. Así, su conspiración fue descubierta con velocidad. Y Catilina fue ejecutado.
35. César, por su parte, era mucho más estratégico. Era altanero, pero su tendencia no era la superioridad sino la magnanimidad: el no quería humillar a sus enemigos, sino seducirlos. No destruir, sino convencer. Conspiró pero siempre encontraba una salida: sabiendo que su consulado iba a terminar, pactó con Pompeyo para que sus leyes no terminaran y el pudiera asumir una comandancia militar en las Galias, y recién cuando no vio otra opción más que hacer estallar la guerra civil, bueno, cruzó el Rubicón. 
36. Catilina no es nombrado por Leibniz pero sí César y justamente dice que en el ya estaba el "germen", la virtualidad, de la destrucción de la República. Esta es una frase que leí en algún lado y ahora no se de donde la saque [Algo que me ocurrió una vez con una canción de Catupecu Machu que recién reencontré 9 años después de escucharla] que básicamente describía a César para Leibniz: "no hay un trono en el que no quiera sentarse, ni corona que no quiera ponerse". 
37. Entonces, para Leibniz, si bien los eventos pudieron seguir otros órdenes, dado su compatibilismo respecto al libre albedrío (que el libre albedrío y el determinismo pueden convivir), César era libre. Tenía una voluntad que lo dirigiría siempre al control absoluto y la suma del poder público, a menos que ella se rompiera por motivos externos, pero podía hacerle caso o no a tal voluntad.
38. Propongamos dos alternativas para ambos individuos: un César que hace caso a su esencia entregada por Dios y un Catilina que decide ignorarla. Este César elige erróneamente, Cicerón lo agarra desapercibido en una ocasión en la que aceleró una conspiración o, por ejemplo, cometió una que dejaría muy al descubierto su mano, lo enjuició, cagó César, la historia de la humanidad da un giro total (bah, lo dudo, seguramente Pompeyo tomaría su lugar en la línea de tiempo).
39. En cambio, Catilina conspira mejor o evita ciertas conspiraciones, controlando sus ansias de poder un toque, se modera, quizá por motivos externos, un/a novio/a más inteligente, un primer aviso de parte de Cicerón un día que éste se despierta con menos pulgas, una cagada a pedo de parte de la vieja, quien sabe. En resumidas cuentas, Catilina es quien termina tomando el lugar de César, quien cruza el Rubicón eventualmente, etcétera, etcétera. Quizá las Galias nunca fueran dominio romano o quizá Persia se los coma a los romanos, quien sabe. Lo importante es que todo esto sigue la libertad de los decretos divinos. . . ¿verdad?
40. Bueno, acá es donde todas las teorías compatibilistas no ateas/no agnósticas se chocan con el paredón y mueren dejando una mancha de sangre en forma de cruz cristiana.
41. Verán, el problema es el siguiente. Dios se mete en la línea de tiempo, en la consecución causal. Esto es, Dios no solo crea un mundo que sigue sus reglas predispuestas, sino que, por seguir su plan (que nosotros desconocemos porque calculo que si lo leemos se nos derriten los ojos en las cuencas o algo del estilo) a veces se entromete.
42. Esto son los milagros. Algo que el propio Leibniz admite. Es Dios quien, para redimir a la humanidad, manda a su hijo a sacrificarse por todos nosotros. Es Dios quien, para cristianizar a Roma, hace que Constantino sueñe que para vencer debe pintar cruces en sus escudos. Etcétera, ¿no?
43. Bien, problema. Si Dios puede entrar cuando quiera para cambiar la situación y no lo hace es porque no quiere, o más bien no lo considera necesario. Algo que Leibniz admite y describe como Dios no participando para dejar corriendo sus reglas y se mantenga su régimen universal. 
44. El tema es que de esto se siguen un montón de contradicciones. 
45. Para empezar, para que pingo son necesarios los milagros si las reglas ya predispuestas por Dios son tan perfectas que Él no necesitaría actuar. Por las condiciones predispuestas por Leibniz, es innecesaria ninguna participación porque el cristianismo debería ser una evolución natural de los principios con los que él creó el mundo. 
46. Por desgracia, Dios se supone que es omnisciente y omnipotente a la hora de crear a su mundo y sus leyes operatorias: ¿no podía hacerlo de forma que no necesite de actuar Él?
47. Ignorando ese problema, lo que no termina de entender Leibniz es que si Dios es omnipotente, omnibenevolente y omnisciente jamás, de los jamases, podría crear otro mundo que el que vivimos, crear libremente. Porque si: A, puede crear cualquier cosa en la medida en que esa cosa fuera posible (este es el contrargumento del "sanguche tan grande que ni Dios podría comerselo", ese sánguche es imposible porque la esencia del sanguche como tal no lo permite), B, siempre va a crear lo mejor para nosotros, y C, es lo suficientemente inteligente para crear el mundo más conveniente para nosotros, es imposible que elija crear otro mundo por fuera de este que ya evitamos. Si yo se que para arreglar una mesa de madera la herramienta más útil es un martillo de carpintero, poseo un martillo de carpintero y quiero que esta mesa esté arreglada lo mejor posible, ¿Cómo podría yo elegir otra herramienta? ¿Sobre todo siendo perfecto como para predecir toda otra posibilidad y determinar que tal herramienta y tal consideración de acciones es la mejor? 
48. Esto es, Dios no elige libremente y no tiene motivo para actuar sobre su obra luego de crearla tampoco porque ya la predispuso perfectamente desde la virtualidad.
49. En resumen, decir que Dios es perfecto imposibilita que el crea libremente absolutamente nada y que sea imposible el milagro siquiera porque de base el no debería actuar sobre algo que ya predispuso como las bailarinas de una cajita musical.
50. Y sorpresa, el peor argumento contra la libertad es admitir la existencia del milagro y la participación divina en su creación. Les diré porqué.
51. Esto es lo que llamaron "la justificación del viajero del tiempo" en Internet: si de la nada no aparece un viajero del tiempo a detener lo que vas a hacer, tan malo no es. Si bien eso entra en el problema del loop causal, el problema de esto es que en el planteo leibniziano, Dios es el viajero del tiempo que, en el acto milagroso, se nos aparece; pero no desde el futuro, causando el loop, sino desde el pasado o más bien presente.
52. Dios se ahorra el problema de la paradoja del loop causal en base de que el mira en virtualidad todos los mundos posibles, pero ese no es el problema. 
53. El problema es que Dios cierra o abre las canillas, decide cuando tiene que entrometerse y cuando no (ignorando como el hace, de base, que los cambios entre las mónadas y sustancias ocurran). Más bien, Dios permite que los cambios dados entre las mónadas que el determinó previamente continúen, hasta que no.
54. Y ahí está el problema, porque el libre albedrío que Leibniz conjura como positivo, yo lo llamaría determinismo negativo. 
55. Esto es, estamos determinados a actuar siempre en cuanto Dios no actúa porque veo que todo comportamiento que sigamos en el fondo no se contradice con su plan y por ende no es necesaria corrección. 
56. Dios permite tu libertad en cuanto no la manipula. Y vamos más al fondo, porque aun no toqué el contra argumento de la Escuela de Salamanca.
57. El corazón del faraón: mientras que le decía a Moisés que hacer, Dios afectaba y endurecía el corazón del faraón para empeorar las condiciones de vida de los judíos y rechazar con mayor fuerza la liberación del pueblo judío.
58. Así que no solo hay casos patentes de Dios manipulando la vida externa y material de las mónadas en sus interrelaciones -como Jesús caminando sobre el agua o David y Jonatan siendo super soldados contra el ejército filisteo- sino también de la vida interna y espiritual. 
59. En resumen, Dios compone la melodía que tu alma va a hacer sonar previamente como cajita músical, va a modificarla a posteriori si no le gusta o cambio de idea o no sigue su plan, el va a controlar las "manos"  y las fuerzas que hacen rodar el resorte que reproduzca la canción, va a crear el aire en el cual la canción se va a reproducir y cada tanto va a cambiar las leyes de interacción física. 
60. Toda posibilidad argumentable de que el hombre sea libre bajo el sistema leibniziano colapsa como un castillo de naipes. 
61. Esto no ocurre en los sistemas compatibilistas agnósticos y ateos porque en ellos Dios no está en la ecuación.
62. Lo más parecido a un Dios que admite Hume es alguien que cree el universo y mantenga sus fuerzas telúricas de mayor poder funcionando, pero no se interesa por nosotros como nosotros no nos interesamos por las hormigas. Sin mencionar que su postura respecto al milagro es que es un testimonio y como testimonio a veces hace ver más las intenciones de que presenta su testimonio que otra cosa.
63. Además, el libre albedrío de Hume no estriba de una "cualidad espontánea" única del hombre sino del hecho de que, como el futuro no puede verse, las acciones de sujetos previamente conocidos son probabilísticamente predecibles. Esto es: para Hume no puede verse ni predecirse en la máxima certeza el futuro, por ende, aunque yo conozca a un sujeto en profundidad y tenga alguna idea de como reacciona a ciertas situaciones, en el fondo, no puedo poner la mano el fuego y decir que la centésima vez que estornude va a sonarse la nariz como si puedo decir que 99 más uno da cien, y que por ende en vez de reaccionar maquinalmente, el sujeto decidió otra acción. 
64. Así la determinación (sostenida en la experiencia acostumbrada de convivir con un sujeto) convive con el libre albedrío (sostenido en el estado dubitativo del futuro).
65. Lo que nos lleva a la encrucijada -y última proposición de este artículo- del sistema leibniziano, que es en el fondo el problema de casi todo sistema teológico que quiere brindarnos libertad: un Dios preocupado por lo humano y que actúa sobre la linea de sucesos espacio temporales a partir de un poder y conocimiento absoluto siempre, siempre, va a negar la posibilidad de toda libertad. Y esto no sería posible con un Leibniz negativo -que tengo entendido que es la postura más o menos de Spinoza-: un Dios amoral -porque la lista de cosas que Dios hace imposibilita que tenga moral- que no interviene libremente -porque sigue un plan previamente estipulado- que nos hace creer libres -dándonos una conciencia que se convence de ello- pero que en el fondo no lo somos -porque la creatura en su conjunto sigue una tendencia natural previamente establecida, conatiza-. Un Leibniz negativo en el sentido de que con las mismas premisas de necesidad onto-físico-teológica termina en la conclusión contraria.

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