viernes, 29 de enero de 2021

Introducción al Rock Progresivo: Parte Uno, Normies

 ¿Porqué hacer una introducción al Rock Progresivo? Es el subgénero más muerto de un género que ya está demasiado muerto. Bueno, porque es de calidad. A su manera. No es para todos. Y no lo digo en el sentido de que yo soy especial porque me gusta el Rock Progresivo. No toco ningún instrumento, no sé nada de composición o teoría musical. Solo soy un tipo más en el mundo al que le gusta el género y ya está. Lo recomiendo porque lo amo pero también porque me parece que es un subgénero que se impone un estándar de calidad instrumental más alto y por eso logra componer cosas más elaboradas, experimentales. Anómalas. Pero el chiste de una introducción es que uno pueda abordar la obra con algunas ideas previas, acercarse a este universo con un vistazo y si le gusta darle y si no, bueno, no será. Por eso estos primeros cinco discos son más Vox Populi, seguro que conoce usted alguno de ellos o una canción. Esto por un lado hace que una música que es pretenciosa se revele como popular, por el otro, da una pista de lo que es este género en su versión más diluida. Así que, a darle.

Yes - Fragile

Fragile empieza con el ending de JoJos: Roundabout. Empezamos bien. La canción de 8 minutos se volvió un meme pero permite olvidar que es un intenso hit que va sobre el ida y vuelta de las bandas en gira. Esto revela el comportamiento general del disco y de una de las mejores caras de Yes: la que es enérgica, que usa una excelsa ejecución de la guitarra para que digas: Fua, temazo. Sin ser, a su vez, pesado o intenso. Está acompañado de otros tres temas que siguen ese espíritu (Heart of the Sunrise, America y Long Distance Runaround) que reflejan este sentimiento, siendo las primeras más cercanas al espíritu más trascendental de Close to the Edge y Gates of Delirium. Estás cuatro aves de presa son interrumpidas por unos "tentempiés" musicales de uno a tres minutos: Cans and Brahms, We Have Heaven, Five Percent for Nothing y The Fish (Shindleria premaeturus). Son canciones tranquilisimas que permiten a uno descansar de la fuerza bruta que acaba de oír y prepararse para lo que se viene.

Supertramp - Crime of the Century

Crime of the Century es el disco que puso a Supertramp bajo la luz de los reflectores. Los miembros de la banda dicen que fue, ante todo, porque pareció llegar en un momento a un público con necesidad de sufrir junto a la música. Esto no quiere decir que el álbum no tenga momentos alegres: Bloody Well Right y Hide in your Shell son temas más poperos, divertidos. También por eso son hits de la banda. Pero sigue siendo un disco compuesto por:
-School, su nostálgico solo de armónica y su letra de protesta al sistema escolar.
-Asylum, que si bien no te hace mierda como An Inmate's Lulaby de Gentle Giant, es un tema deprimente sobre la salud mental.
-Rudy, que es el soundtrack de El Cazador en el Centeno
-If Everyone was Listening, que es una adaptación de un diálogo de Shakespeare sobre el sentido de la vida.
-Y la titular Crime of the Century, que como otra canción de la banda (Fools Overture) o como Pavane para una princesa difunta de Ravel, es un tema estúpidamente deprimente que en el fondo no va de un algo sino una emoción.
En resumen, si querés pasarla mal, este disco va perfecto. Como varios del listado.

Jethro Tull - Aqualung

Ah, Aqualung. Ah, Jethro Tull. Como hablar de semejante monstruo, ¿eh? Bueno, hablemos de Inglaterra por unos segundos. Es muy difícil imaginar Londres como un lugar distinto. ¿A qué? A la imagen de humo industrial y ladrillo que todos tenemos de ella desde el siglo XIX. Una hiper urbe, hiper densa. De su tripa sale Aqualung, disco desencantado. ¿Con qué? Con todo. La religión, la sociedad. Lo único que se salva es la pequeña vida costumbrista de Won'dring Around (una de las canciones más preciosas que oí en mi vida). Pero después tenemos la turbia titular sobre un vagabundo pederasta y su secuela sobre su novia preadolescente (Cross Eyed Mary). Mother Goose y Cheap Day Return van también en cierta forma sobre la falsedad de la sociedad británica (y la sociedad en general), pero mientras que Mother Goose es un shitpost chu y lindo y tierno, la otra es literalmente salir a quemar todo por quemar todo. Por último, Wind Up y My God es la guerra a la religión cristiana. Todo acompañado por la voz de ganso, la guitarra de Rock pesado que a veces se hace pacifista y la flauta que a veces se olvida del instrumento que es y se vuelve ametralladora. Porque esto es Jethro Tull.

Pink Floyd - The Dark Side of the Moon

El meme de que Pink Floyd es una banda que dice "vivimos en una sociedad" y luego lo sigue con un solo de 10 minutos es verdad y mentira. Pero yo no voy a defender a la única banda del género que es aceptada por todo el mundo como lo progresiva que es; que el tema que más se escucha de Yes es el en perspectiva mediocre Owner of a Lonely Heart, que si digo Génesis la gente piensa en Collins, muchos ni categorizan Supertramp como progresiva y por motivos que no termino de entender, Zappa y Jethro Tull cayeron en la categoría metal. Solo 3 (de más de dos docenas tranquilamente) discos me gustan, los únicos tres buenos y que pegaron. Los otros dos, adivinaron, son Wish You Were Here y The Wall. Lo más probable es que ya hayan escuchado The Dark Side, ¿y que puedo decir de nuevo? ¿Que el uso de sonidos de relojes y monedas -en Time y Money- es muy creativo? ¿Que es un álbum temático sobre el desperdicio de la vida personal en una sociedad alienante que nos pone a todo en un free for all vale todo? ¿Que The Great Gig of the Sky suena como si se acabara el mundo, que Us and Them merece más reconocimiento? Bueno, si no lo escucharon, estás preguntas capciosas son la razón.

Emerson, Lake and Palmer - Trilogy

Concluimos en Trilogy. Trilogy es el disco más popular de Emerson, Lake and Palmer. El porqué yace en que, como Cuadros de una exhibición de Mussorgsky, es un puro sentimiento que narra una corta historia, y cada cuento de la antología es algo nuevo, diferente, singular, inolvidable. Sin el detalle del Promenade, sufre igual el mismo problema que la obra del ruso: uno se olvida los títulos y a que canción corresponden, salvo que sean hitazo (diría que The Endless Enigma Part I y From the Begining). Pero la sensación -La tonta historia de vaqueros, por ejemplo- no se va: por medio de la música queda insertada en tu memoria una foto, una pintura. (También recuerdo ahora que el trío adaptó a su estilo Cuadros. . .). Es profundamente orquestal, mandandose una Fuga y un Bolero. De todos los discos de esta primera parte diría que es el que, siendo aún básico, es el más elevado, el que más te pide por su forma de ser. Y también por eso es tan grande.

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